En un aula preescolar, es útil que los estudiantes tengan una gestión efectiva para ayudarles a seguir rutinas y completar tareas. Los maestros pueden utilizar diversas técnicas para influir en el comportamiento de sus estudiantes y crear un entorno positivo. Si eres maestro de preescolar, aprender diferentes técnicas de gestión del aula preescolar puede ayudarte a brindar una orientación valiosa a tus estudiantes.
En este artículo, proporcionamos una lista de consejos de gestión del aula preescolar para ayudarte a liderar tu clase.
La gestión del aula preescolar son prácticas y métodos que los maestros pueden utilizar para gestionar el comportamiento de sus estudiantes y crear un ambiente de aula saludable. Como maestro de preescolar, es importante enfocarse en reforzar comportamientos apropiados ofreciendo recompensas y retroalimentación positiva a los estudiantes jóvenes. Es útil que los maestros adopten una variedad de rutinas de aula, métodos de enseñanza y técnicas educativas para tener un liderazgo efectivo.
Aquí tienes algunos consejos para la gestión del aula preescolar que te ayudarán a mantener rutinas y satisfacer las necesidades de tus estudiantes:
Un plan de gestión del aula describe los pasos y objetivos que puedes establecer para tu clase, lo que puede permitirte tener un liderazgo efectivo. Puedes crear un plan diferente cada año escolar, según los comportamientos específicos y las necesidades educativas de tu clase actual. Por ejemplo, si tu clase tiene varios estudiantes que prefieren actividades al aire libre, puedes crear un plan de gestión del aula que ofrezca juegos al aire libre como recompensa por un comportamiento positivo. Cambia el plan a lo largo del año a medida que cambien los comportamientos y las necesidades de tus estudiantes. Aquí tienes algunos elementos que puedes incluir en tu plan de gestión del aula:
Reglas del aula: Puedes incluir reglas del aula en tu plan que proporcionen información sobre las acciones que prefieres que realicen los estudiantes. Por ejemplo, prefieres que los estudiantes levanten la mano al hacer preguntas o que escuchen cuando otros estudiantes hablan.
Procedimientos del aula: Proporciona información sobre los procedimientos del aula que te permitan gestionar tu clase de manera efectiva. Puedes incluir detalles sobre cómo los estudiantes colocan sus objetos en sus pupitres o cómo caminan respetuosamente por los pasillos.
Expectativas del maestro: Puedes esbozar tus expectativas para los comportamientos y acciones de los estudiantes a lo largo del año escolar. Por ejemplo, puedes incluir detalles sobre cómo esperas que los estudiantes den lo mejor de sí mismos y se respeten mutuamente.
Recompensas: Proporciona información sobre las recompensas que los estudiantes pueden ganar al seguir las reglas o cumplir las expectativas del maestro. Puedes establecer recompensas diarias, como una película o fiesta en el aula.
Para mejorar el comportamiento de tus estudiantes, intenta enfocarte en los objetivos que pueden recibir cuando se comportan bien. Los estudiantes de preescolar pueden responder bien al refuerzo positivo, que implica recompensarlos por comportamientos positivos. Considera colocar visuales alrededor de tu aula para recordar a los estudiantes sus objetivos y recompensas. Por ejemplo, si la recompensa semanal de tu aula implica mostrarles una película, puedes colocar un póster de la película de la semana en tu pared para motivar a los estudiantes a comportarse adecuadamente.
Es importante tener un aula ordenada para ayudar a los estudiantes a sentirse tranquilos y enfocados. El ambiente del aula a menudo influye en el comportamiento de los estudiantes de preescolar, por lo que, si están en un entorno sucio o desorganizado, pueden sentirse tentados a comportarse inadecuadamente. Asegúrate de organizar tu aula regularmente para mantener un ambiente limpio.
Coloca áreas separadas en tu aula a lo largo del día, dependiendo de la actividad. Por ejemplo, tu aula puede tener un área de lectura separada del área principal de la sala. Tener varios espacios en tu aula puede permitirte gestionar mejor tu clase asignando a los estudiantes a áreas separadas según sus comportamientos y necesidades. Por ejemplo, si un estudiante necesita tiempo a solas, puedes asignarle un área específica alejada del resto de la clase. Tener áreas separadas también puede enseñar a los estudiantes sobre los límites espaciales. Aquí tienes algunas ideas de áreas que puedes incluir en tu aula:
Área de tiempo fuera: Es útil tener un área de tiempo fuera separada del resto del aula donde los niños en edad preescolar puedan tomarse un tiempo fuera de la clase y reflexionar sobre sus acciones.
Área de almuerzo: Puede ser útil crear un área de almuerzo separada de su espacio de aprendizaje para que puedan relajarse mientras comen.
Área de aprendizaje: El área de aprendizaje puede ser el punto focal de la sala para que puedas enfatizar la importancia del aprendizaje y ayudar a los estudiantes a reconocer que una gran parte de su escolarización incluye el aprendizaje.
Área de juego: Desarrolla un área de juego separada del área de aprendizaje para que puedan diferenciar entre jugar y aprender. Dado que los niños en edad preescolar pasan mucho tiempo jugando, considera crear un área de juego que sea más grande que el área de almuerzo y más pequeña que el área de aprendizaje.
Las rutinas pueden ayudar a los niños en edad preescolar a comprender las expectativas del maestro y completar sus tareas. Crea una rutina detallada y compártela con los estudiantes. Considera publicar una ayuda visual, como una lista de pasos de rutina o imágenes que representen sus tareas. Esto también puede ayudar a los estudiantes a hacer la transición a nuevas asignaciones o actividades, ya que pueden entender que es parte de su rutina estándar.
Construir confianza con los estudiantes es importante para que puedan recurrir a ti. Puedes tener más facilidad para gestionar a los estudiantes que confían en ti y te consideran una figura confiable en su vida. Para construir confianza, intenta mostrar compasión hacia ellos y tratarlos con amabilidad. Si uno de tus estudiantes se siente molesto, intenta comunicarte con ellos para entender sus sentimientos y encontrar una solución.
Intenta escuchar los comentarios de tus estudiantes para entender las rutinas o tareas que les gustan o no les gustan. Puedes cambiar tus procedimientos de clase según las preferencias de los estudiantes, ya que pueden comportarse mejor al realizar actividades que disfrutan. También puedes aumentar la participación estudiantil al considerar sus intereses.
Para mantener un liderazgo efectivo en tu aula, es importante mantener la consistencia. Asegúrate de referirte regularmente a la rutina del aula y al plan de gestión del aula. La consistencia puede ayudar a los estudiantes a comprender mejor las rutinas y sentirse cómodos. Los niños en edad preescolar pueden anticipar ciertas actividades antes de que ocurran, lo que puede ayudarlos a participar en las asignaciones y sentirse responsables de dar lo mejor de sí mismos.
Existen muchos tipos de estilos de aprendizaje que los estudiantes pueden preferir. Asegúrate de crear planes de lección que se adapten a varios estilos para que los estudiantes se sientan incluidos y comprometidos con la actividad. Por ejemplo, si creas una actividad de aprendizaje que enseña a los estudiantes sobre formas, considera utilizar elementos visuales, como imágenes de formas, y elementos auditivos, como una canción que les enseñe sobre varias formas. Aquí tienes los tres estilos de aprendizaje comunes que los niños en edad preescolar pueden preferir:
Auditivo: Este estilo de aprendizaje implica actividades que permiten a los estudiantes escuchar, como escuchar instrucciones o una lección.
Cinestésico: El aprendizaje que implica actividades físicas, como tocar y sentir materiales, es un estilo de aprendizaje cinestésico.
Visual: Este estilo de aprendizaje implica mostrar a los estudiantes visuales o usar ayudas visuales para enseñarles.
Las actividades activas implican movimiento y ejercicio, lo que generalmente crea entusiasmo en los estudiantes. Las actividades pasivas implican poco movimiento, como leer o sentarse. Es importante usar una combinación de actividades activas y pasivas para ayudar a los estudiantes a equilibrar sus emociones y liberar energía. Por ejemplo, si asignas una actividad pasiva por la mañana, los estudiantes pueden sentirse preparados para salir a realizar una actividad activa por la tarde.
Como líder de tu aula, es importante reconocer comportamientos recurrentes para enfatizar acciones positivas y eliminar posibles comportamientos negativos. Intenta observar a tus estudiantes para comprender las actividades y recompensas que los llevan a comportarse positivamente. Por ejemplo, si creas una recompensa que involucra ver una película, puedes notar que algunos estudiantes se sienten motivados mientras que otros no se sienten inspirados por la recompensa para comportarse bien.
Toma nota de las recompensas que disfruta toda tu clase para que puedas fomentar el buen comportamiento en el aula. Identifica también actividades que puedan evocar comportamientos negativos, para minimizar la posibilidad de que un niño en edad preescolar se comporte de manera negativa. Por ejemplo, si notas que varios de tus estudiantes se comportan mal cuando están afuera en un día caluroso, entonces puedes planificar actividades en el interior para ayudarlos a refrescarse y reducir el riesgo de comportamientos inapropiados.
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